viernes, agosto 26, 2005

HOW TO MAKE LOVE LIKE A PORN STAR

Después de leer The Dirt, quise leer otra “autobiografía” escrita por Neil Strauss. Por eso fui a Borders –el de la 65 de Infantería- y me compré How to Make Love Like a Porn Star: A Cautionary Tale, las memorias de la superestrella porno Jenna Jameson.

En mi casa sólo tengo dos vídeos pornos: una colección de cortos eróticos –realmente pornográficos- de los años 40, y uno de Jenna Jameson, titulado The Incredible Jenna Jameson: The Reigning Adult Superstar In Her Most Provocative Scenes Ever, uno de los vídeos pornos menos provocativos que he visto en mi vida, aunque debo decir que éste cumplió su propósito durante una época.

Ese DVD lo compré hace uno o dos años en Spec’s de Monte Hiedra y eso explica por qué es tan “lame”. No es otra cosa que una edición “softcore” de lo que –supongo- eran escenas “hardcore” de la diva porno. De las diez escenas que componen el “main feature” del DVD, sólo dos incluyen hombres, el resto son escenas mujer/mujer, excepto dos que son de Jenna masturbándose y una última que es una orgía lésbica encima de un piano de cola blanco. Hay una escena que es de época, aunque no hay forma de saber a qué período histórico se refiere.

Como muchos de mis contemporáneos, me inicié en la vídeo-pornografía con la serie Taboo. Aquellas películas funcionaban de una manera que ya quisieran las de Jenna Jameson. Pienso que esto se debia al subtexto suburbano-incestuoso de aquellas películas en que las madrastras seducían a sus hijastros, y las madres pervertían a los novios de sus hijas. Hoy me acuerdo de aquellos “scenarios” y me doy cuenta de lo “fucked-up” que eran. Pero quizás por eso era que funcionaban: Porque la idea detrás de la escena era mucho más “provocativa” que el acto sexual en sí. La pornografía se basa en este principio tan o más importante que el “three-act structure” de Arístóteles. Esto es algo que bien saben los nuevos pornógrafos, los del internet.

Hace poco llegó a mis manos un vídeo ejemplar. Alguien lo bajó del internet y me lo pasó en un CD-R. Como casi todo lo que uno baja del internet no tiene créditos de entrada ni de salida, sólo una dirección de internet escrita en la esquina inferior derecha de la pantalla. Esto es lo que vemos en la pantalla:

Un “stripper” baila ante un grupo de mujeres sentadas en una mesa de lo que parece un restaurant. Estamos en una despedida de soltera. El “stripper” hace su show. Se desviste y mientras lo hace trata de incorporar a las mujeres a su rutina. Muchas de ellas –la mayoría- le dicen que no al exótico bailarín. Se ve que se sienten incómodas. Uno no puede evitar sentir cierta vergüenza ajena por el “stripper” que para colmo parece tener problemas sosteniendo su erección. Pero no pasa mucho tiempo antes de que –por fin- alguna de las damas cede ante los avances del chico. Poco a poco, iremos de tímidos “hand-jobs” a valientes “blow-jobs” pasando por cantidades industriales de “heavy petting”. Las mujeres que tienen una participación activa en este bacanal son sólo tres o cuatro. El resto, más de diez, se limitan a observar y hacerse cómplices mediante el aplauso y la risa. Fin.

Este tipo de cosa sí pasa en las despedidas de solteras, con más frecuencia de lo que los hombres se creen –y las mujeres están dispuestas a admitir. Eso nos da permiso para que nos preguntemos si el vídeo es real o ficticio. Es probable que todo sea un muy buen montaje. Pero no hay forma de saberlo. Y les digo por qué.

Hace varios años, tuve el privilegio de ver un vídeo de una verdadera despedida de soltero. Sé que era de verdad pues conocía a quien lo grabó, así como a varios de sus protagonistas. Primero que nada, es increíble que ese vídeo tan siquiera exista. Es decir: ¿A quién se le ocurre dejar que graben una despedida de soltero? Pero bueno. Les describo lo que vi.

Un grupo de hombres, la mayoría en sus veintes, están en la sala/family de una casa de urbanización. Vemos llegar a una “stripper” –es probable que sea gringa. Los hombres, con rapidez y diligencia, hacen un círculo, dejándole a la exótica bailarina un espacio donde hacer su show. Poco a poco, la “stripper” se desviste, se tira al piso, se embarra con whip cream, se mete una “lolly-pop”, entre otras maniobras propias de su oficio. En un momento dado, nuestra estrella invitada se avalanza encima a varios galanes sentados en un sofá. En cada uno de los casos, se acomoda de manera que su pubis quede a la altura de la boca del privilegiado espectador. Y esta es la mejor parte, pues quién iba a pensar que nuestros valientes héroes se intimidarían ante los avances de Miss Hawaian Hut 1996. Pero bueno. Ya se acerca el clímax de la noche. Ha llegado la hora de que nuestro homenajeado tenga sexo por última vez, quiero decir con otra mujer que no sea su “soon-to-be” amadísima esposa. Él la carga hasta la habitación. La puerta se cierra. El resto es historia; imagíneselo. Fin.

Me pregunto qué habrá pasado con ese vídeo. Me divierte pensar que en algún momento llegó al internet y que hoy adolescentes alrededor del mundo lo usan para masturbarse frente a la computadora, así como yo me he entrenido con el del bachelorette party o con los del MILF Hunter que son tan “reales” como el Jerry Springer Show, pero que tienen un “edge” de decadencia suburbana que por lo menos a mí me divierte, sobretodo ahora que está "in" ser un "desperate housewife".

Cómo llegué hasta aquí es una excelente pregunta. Después de todo, esto no pretendía ser más que una reseña del libro de Jenna. Creo que tiene que ver con el hecho de que el libro me pareció un poco aburrido, no porque Neil Strauss no sea un gran escritor –“au contraire” -, sino porque la historia de Lady Jameson –ella como personaje- es abrrida, así como “her most provocative scenes ever”.

La próxima vez veo Boogie Nights.

How to Make Love Like a Porn Star: A Cautionary Tale
Por Jenna Jameson con Neil Strauss
Publicado por HarperCollins/ReganBooks (2004) 579 págs.
Comprado en Borders de Carolina.
$27.95

Para una breve y buena biografía de Jenna Jameson:
http://en.wikipedia.org/wiki/Jenna_Jameson

1 Comentarios:

Blogger Isabel Batteria dijo...

Me gustó mucho esto. Una digresión fantástica, pero pertinente al libro.

4:49 p.m.  

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