jueves, abril 27, 2006

EL ROSTRO HUMANO DE LA DEBACLE 2


Me dice Eddie que en la corporación pública para la que trabaja, una de las que cerrará el lunes, ya se han empezado a sentir los efectos de la crisis, pero de formas insospechadas. “Tengo un compañero de trabajo que tiene un affaire de dos meses con la directora de recursos humanos”, cuenta Eddie. Resulta que ambos están casados. Si la agencia en efecto cierra, es probable que no puedan verse por la duración de la crisis. "Tal es el sentimiento de perdida que todos los días de esta semana se han 'desaparecido' a la hora de almuerzo", añade Eddie. "Ya tú sabes: cualquiera diría que el tipo se va para Irak la semana que viene."

Pero ése no es el único ejemplo de cómo la debacle cambiará la vida cotidiana de los puertorriqueños, tanto de los que trabajan en el gobierno como de los que no. “Tengo un amigo al que le pasa algo parecido, pero a la inversa”, relata Eddie. “Es uno de esos músicos que trabajan de noche y no hacen nada por el día. Desde hace unas semanas, se está tirando a su vecina, cuyo esposo trabaja en el gobierno y será otro de los que se pasará el lunes viendo televisión en la casa. Al pana mío lo que le preocuopa no es no poder acostarse con la vecina, sino lo contrario: que la vecina insista en acostarse con él, sabiendo que el marido está cerca.” Este amigo de Eddie tiene la teoría de que, en el fondo, lo que la vecina quiere es que el marido los agarre en el acto. “A las boricuas les encanta la pendejá de tener un chillo”, acota Eddie. "Un día de estos, el marido se enterará, la mujer le pedirá perdón y el pana mío nunca volverá a saber de ella."

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

No tiene na que vel, pero me parece chevere, las mujeres matan por amor en una proporción mayor que los hombres, pero una vez la relación termina, o sea por desamor, los hombres se llevan la delantera por millas. Interesante... NY times de hoy.

7:43 a.m.  

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