ENTER AT YOUR OWN RISK
Patrick Swayze nació el 18 de agosto de 1952 en la ciudad de Houston, Texas. De todas las películas que ha hecho este actor y bailarín, uno pensaría que la más memorable sería “Dirty Dancing” o quizás “Ghost”. Después de todo, ambas le merecieron una nominación al premio Goleen Globe a su protagonista. Sin embargo, algo me dice que la película más popular de Swayze no es ninguna de esas dos. Algo me dice que ese honor lo tiene “Road House”, una película de 1989. Anoche mismo la estaban dando en TNT.
Es increíble lo mucho que dan “Road House” en la televisión. La película es la historia de James Dalton, un “bouncer extraordinaire” que es contratado para darle un lavado de cara a una taberna bastante “rowdy” llamada el Double Deuce. Su trabajo de limpieza lo pone cara a cara con el rico mafioso del pueblo, cuyos rufianes tratarán de hacerle la vida imposible al protagonista. De más está decir que se quedarán cortos y que Dalton prevalecerá. También está de más decir que "Road House" es bastante mala, el tipo de película que uno ve con cierto gusto, pero que se odia a sí mismo por hacerlo, lo que en inglés llaman un "guilty pleasure".
¿Qué tiene "Road House" que hace que todavía se vea tanto? Anoche, mientras la veía, pensaba que esto tenía que ver con que ésta es una película para machos, a diferencia de Dirty Dancing o Ghost que son para mujeres. "Road House" no es mucho más que una pelea detrás de otra, en un derroche de testosterona digno de una película de Steven Seagal. Pero he cambiado de opinión. Ahora, mientras escribo esto, he empezado a pensar que la gracia de "Road House" no está en su macharranería "redneck", sino en su meditada feminidad.
James Dalton duerme desnudo en un granero –hay escenas cuya único justificación es enseñar sus nalgas- y hace tai-chi al aire libre –hay escenas cuya única justificación es enseñar su “upper body”. Sus “love scenes” con Kelly Lynch tienen un aire casi tántrico. Pelea sólo cuando sus enemigos no le dejan otro remedio, y tiene el temple de un maestro zen. En fin, un "action hero" para la "nueva era", que es lo mismo que decir "for the ladies". Como si Swayze no fuese suficiente “eye candy” para las damas, también está el übersexual Sam Elliott, de barba y pelo largo grisáceos, que hace de Wade Garrett, un viejo amigo y mentor de Dalton, que lo ayuda en su lucha contra los blanquitos frontús de pueblo -y pipí- chiquito... ¡esos villanos por excelencia!
¡Qué mujer no va a simpatizar con una película así!
Mientras hacía “research” en IMDb para este “post”, descubrí un dato que creo que me da la razón. Ya está, en etapa de pre-producción, una secuela, Road House 2: Last Call, con Swayze una vez más en el papel principal.
“¡Nobody puts Baby in the Corner!”
Es increíble lo mucho que dan “Road House” en la televisión. La película es la historia de James Dalton, un “bouncer extraordinaire” que es contratado para darle un lavado de cara a una taberna bastante “rowdy” llamada el Double Deuce. Su trabajo de limpieza lo pone cara a cara con el rico mafioso del pueblo, cuyos rufianes tratarán de hacerle la vida imposible al protagonista. De más está decir que se quedarán cortos y que Dalton prevalecerá. También está de más decir que "Road House" es bastante mala, el tipo de película que uno ve con cierto gusto, pero que se odia a sí mismo por hacerlo, lo que en inglés llaman un "guilty pleasure".
¿Qué tiene "Road House" que hace que todavía se vea tanto? Anoche, mientras la veía, pensaba que esto tenía que ver con que ésta es una película para machos, a diferencia de Dirty Dancing o Ghost que son para mujeres. "Road House" no es mucho más que una pelea detrás de otra, en un derroche de testosterona digno de una película de Steven Seagal. Pero he cambiado de opinión. Ahora, mientras escribo esto, he empezado a pensar que la gracia de "Road House" no está en su macharranería "redneck", sino en su meditada feminidad.
James Dalton duerme desnudo en un granero –hay escenas cuya único justificación es enseñar sus nalgas- y hace tai-chi al aire libre –hay escenas cuya única justificación es enseñar su “upper body”. Sus “love scenes” con Kelly Lynch tienen un aire casi tántrico. Pelea sólo cuando sus enemigos no le dejan otro remedio, y tiene el temple de un maestro zen. En fin, un "action hero" para la "nueva era", que es lo mismo que decir "for the ladies". Como si Swayze no fuese suficiente “eye candy” para las damas, también está el übersexual Sam Elliott, de barba y pelo largo grisáceos, que hace de Wade Garrett, un viejo amigo y mentor de Dalton, que lo ayuda en su lucha contra los blanquitos frontús de pueblo -y pipí- chiquito... ¡esos villanos por excelencia!
¡Qué mujer no va a simpatizar con una película así!
Mientras hacía “research” en IMDb para este “post”, descubrí un dato que creo que me da la razón. Ya está, en etapa de pre-producción, una secuela, Road House 2: Last Call, con Swayze una vez más en el papel principal.
“¡Nobody puts Baby in the Corner!”
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