HOW TO LOSE A WEEKEND IN 10 DAYS
Ya es casi una tradición. El fin de semana de Thanksgiving, me encierro en mi casa y hago nada más que leer o ver televisión. Empecé a hacerlo cuando estudiaba en Nueva York. Fue patético. Mi roommate se fue para la casa de sus padres en Massachussets. Yo me quedé. Tuve suerte: Eddie, el portero boricua del edificio, me pasó uno de los platos de comida que había recibido de uno de los vecinos. Gracias a él, comí pavo.
Este año, las noches del jueves y el viernes han sido emblematicas. Me las he pasado viendo películas malas en TBS y TNT. Anoche fue Jurassic Park 3 y Entrapment. La noche anterior fue How to Lose a Guy in 10 days.
¡Las cosas que uno hace por un amigo!
La única razón por la que me obligué a ver How to Lose a Guy in 10 Days fue uno de sus productores, al que considero un amigo (aunque nunca lo he conocido). Hablo del legendario Bob Evans, un actor convertido en ejecutivo de la Paramount que estuvo ligado a la producción de clásicos como The Godfather, Chinatown y Rosemary’s Baby. Hoy día, Bob es un movie mogul venido a menos. Luego de un escándalo relacionado a las drogas a principios de los ochenta, no se ha recuperado del todo. Ha producido varias películas, ninguna de ellas muy memorables que digamos. Hace dos o tres años se vio a sí mismo de nuevo en el spotlight con la publicación y adaptación a cine de sus memorias tituladas The Kid Stays in the Picture.
How to Lose a Guy in 10 Days es mala de a vicio. Es la historia de una periodista (Kate Hudson) que trabaja en una revista de moda y que para columna ha decido escribir un artículo que su editora ha titulado How to Lose a Guy in 10 Days. La periodista enamorará a un hombre y luego lo someterá a todas esas cosas que supuestamente hacen las mujeres y que los hombres tanto odian: ser needy, clinging, etc. El problema es que la chica se empata con un publicista (Mathew McCounaghey) que ha hecho una apuesta de que en 10 días puede enamorar a una mujer. Si lo hace, su jefe le permitirá a hacer una importante presentación a un cliente.
Así que ambos se enfrascan en un power struggle en el que la mujer hace todo lo posible para espantar al hombre, pero éste le juega el juego con tal de ganar la apuesta. ¿El resultado? Muy poco conflicto. Supongo que la película apelará al sentido de venganza que puedan tener algunas mujeres, aunque, por el bien de la humanidad, espero que ése no sea el caso.
Ya se podrán imaginar lo que pasa después. En el proceso, ambos se enamoran. Luego, se dejan al enterarse que todo fue un juego. Al final, deciden amarse. Muy decepcionado con mi amigo Bob, apagué el televisor y me acosté a dormir.
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