viernes, enero 20, 2006

COMO CAMBIAN LAS COSAS

Parece ser casi un mandamiento de los nuevos escritores latinoamericanos, odiarás a García Márquez sobre todas las cosas. Despreciarás a escritores como Benedetti y Galeano y hasta insinuarás que, por culpa de ellos, hoy tanta gente lee a Isabel Allende y Paulo Coelho. Defenderás tu derecho de escribir novelas sobre los nazis y maldecirás la hora en que el realismo mágico se puso de moda. La siguiente cita es de Santiago Gamboa en su nueva novela El síndrome de Ulises. El narrador habla de Sabrina, una francesa de la que se ha enchulado, pero que ahora ve salir con otro colombiano residente en París: “de pronto me pareció ridícula y boba por no darse cuenta de que las historias de Javier, las que debía contar para seducirla, retazos de actos heroicos extraídos de las vidas de otros guerrilleros, eran todas falsas, vergonzosamente falsas, y lo único que hacía era sumarse a esa infinita lista de europeas seducidas con el cuento de la revolución latinoamericana. Millares de blancos muslos vikings enrojecidos con historias de indios buenos y gringos malos, toneladas de traseros teutones conquistados con citas de Eduardo Galeano, kilómetros de vulvas abiertas con camisetas del Che y canciones de Quilapayún…”

7 Comentarios:

Blogger PLOP dijo...

Manuel: Lo que me da gracia de la cita de Gamboa es que se lleve enredado a Galeano en su diatriba. No sabes cuánto millaje romántico le saqué a su Libro de los abrazos durante mis años universitarios. Eso fue hace casi quince años. Hoy Galeano tiene la misma vigencia que Herman Hesse. Pero quiero volver a Gamboa. Me gusta mucho cómo escribe. Tiene un set muy interesante de mirada y voz, y un muy buen manejo del lenguaje y estructura narrativa. Me molesta, sin embargo, lo que percibo como sus pretensiones de gran auteur latinoamericano. Cómo te digo? Está bien que aborrezcas las figuras de Vargas Llosa y Fuentes, pero no si, en el fondo, quieres ser como ellos. Yo creo que Gamboa tiene talento para escribir best-sellers a la Perez Reverte o incluso Dan Brown, nada malo con esto, se haría de mucho dinero, pero creo que cierto pudor literario no se lo permite. Creo que por eso es que trata de entretener sin renunciar a sus ambiciones literarias. Esto es algo que le queda particularmente bien a Volpi, Eco y Pamuk. Pero que, en el caso de Gamboa, no se logra con tanto éxito. Pero vuelvo y repito: me gusta mucho leerlo.

Y sobre las jevas de los barbús del CUCA, pues qué te digo: 1) todo el mundo tiene derecho al mal gusto y 2) dentro de diez años serán jevas de los "girly men" de Humanidades.

5:59 p.m.  
Blogger Isabel Batteria dijo...

Cuando leí esto, le di a "comment" para decir que las camisas del Ché y los dreads abren piernas en Puerto Rico, no sólo en Francia, pero veo que ya lo dijeron. Y comoquiera yo vine y lo repetí.

8:07 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Los libros y autores cambian, la historia sigue siendo la misma.

Isabel: cuando algo se dice muchas veces en casos como ese, no es repetición, es consenso.

9:44 a.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

El Che, Silvio,Peyton y el look de dreads medio nasty de no haberse bañado en 5 dias todavia está vigente en la UIPI, increíble pero cierto!!. La diferencia es que ahora añaden en su discurso charro: Filiberto vive!! y en vez de cantar las canciones de Fiel a la Vega, ahora escuchan a Calle 13.
Me pregunto si la actual generación sabrá dónde andará Milton,(?todavía NO existe?) y si el millaje romántico que le sacó plop al Libro de los abrazos habrá sido un consejo que le dio Milton para tumbarse jevas en Humanidades. ?te funcionó?

11:21 a.m.  
Blogger PLOP dijo...

Llegué a Galeano por medio de una muy buena amiga que se acostó con él. Ella me prestó su copia firmada del Libro de los abrazos.

12:27 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Oiga, cada cual se busca las formas de agenciarse un buen culito. A mí me parece que los escritores del crack y el post crack (pues la moda es celéride) se sirven de lo anti progre para lo mismo que los progres del 60 y 70. A ver que es lo que resiste la prueba del tiempo.

Félix Struick

2:15 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

El discurso revolucionario sirve para acostarse con mucha gente. En una vida tan miserable como la que se tiene en las sociedades post-industriales, una historia heroica saca de la rutina a cualquiera y la forma más fácil de recompensar es abrir las piernas.
Yo haría lo mismo: inventar fábulas con tal de encontrar una cama con compañía.

11:36 p.m.  

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