DARK SIDE OF OZ
Considerada un clásico entre los «potheads», «Dark Side of Oz» no es el tipo de película que uno encuentra en Blockbuster (tampoco en Televideo o Netflix). Anoche la vi y debo decir que la experiencia fue extraordinaria.
«Dark Side of the Oz» (también conocida como «Dark Side of the Rainbow» es la experiencia «psicodélica» que se produce cuando uno ve «The Wizard of Oz» mientras escucha «Dark Side of the Moon», el famoso disco de Pink Floyd. Es lo que se conoce como un «sync movie», la sincronizacion de una película y un álbum, un subgénero que le debe su nombre a Carl Jung y su concepto de la sincronicidad.
En términos jungeanos, la sincronicidad es la resonancia que se produce entre dos eventos que no están relacionados en tiempo y espacio, una conexión que, de más está decir, no tiene explicación lógica. Jung se refiere con dicho concepto a la ocurrencia aparentemente no relacionada de eventos que están conectados por extrañas coincidencias.
Éste es ciertamente el caso de «Dark Side of Oz». Las coincidencias entre la película y el álbum son increíbles. Desde que las transiciones de una canción a otra coinciden perfectamente con las de una escena a otra en la película, hasta que hay letras de las canciones que parecen hablarle a Dorothy o comentar la trama. Para que la sincronización funcione, se le debe dar «play» al disco justo después del tercer rugido del león de MGM.
Yo nunca había visto «The Wizard of Oz» ni escuchado «Dark Side of the Moon». Eso hizo que la impresión fuera aún más fuerte. Gracias a «Dark Side of Oz» siento que viví una verdadera experiencia psicodélica, en la que las nociones de tiempo y espacio se confunden entre sí. De más está decir que la recomiendo.
«Dark Side of the Oz» (también conocida como «Dark Side of the Rainbow» es la experiencia «psicodélica» que se produce cuando uno ve «The Wizard of Oz» mientras escucha «Dark Side of the Moon», el famoso disco de Pink Floyd. Es lo que se conoce como un «sync movie», la sincronizacion de una película y un álbum, un subgénero que le debe su nombre a Carl Jung y su concepto de la sincronicidad.
En términos jungeanos, la sincronicidad es la resonancia que se produce entre dos eventos que no están relacionados en tiempo y espacio, una conexión que, de más está decir, no tiene explicación lógica. Jung se refiere con dicho concepto a la ocurrencia aparentemente no relacionada de eventos que están conectados por extrañas coincidencias.
Éste es ciertamente el caso de «Dark Side of Oz». Las coincidencias entre la película y el álbum son increíbles. Desde que las transiciones de una canción a otra coinciden perfectamente con las de una escena a otra en la película, hasta que hay letras de las canciones que parecen hablarle a Dorothy o comentar la trama. Para que la sincronización funcione, se le debe dar «play» al disco justo después del tercer rugido del león de MGM.
Yo nunca había visto «The Wizard of Oz» ni escuchado «Dark Side of the Moon». Eso hizo que la impresión fuera aún más fuerte. Gracias a «Dark Side of Oz» siento que viví una verdadera experiencia psicodélica, en la que las nociones de tiempo y espacio se confunden entre sí. De más está decir que la recomiendo.
1 Comentarios:
muy atinada la nota, después de todo, Timothy Leary está haciendo un come back.
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