jueves, julio 06, 2006

DE MODA LOS ANILLOS

Carmita Laboy parece ser una sexóloga conocida en Puerto Rico. En su website dice que es colaboradora del programa de televisión Anda pal cará y dos programas de radio. Me enteré de su existencia hace unos minutos mientras merodeaba por endi.com. Me percaté de que uno de los artículos más comentados del día de hoy es uno que se llama «El intocable punto G masculino», escrito por –guess who?- Carmita Laboy.

El punto G masculino no es otra cosa que la próstata, la cual al ser estimulada le produce un orgasmo al hombre. Esto es algo de lo que no se suele hablar –a nivel público- por la sencilla razón de que estimular dicha glándula requiere meter «algo» –lo obvio sería un dedo... o dos- por el culo del hombre. Y eso es un tema tabú en un país como éste en el que devenir placer sexual a través del ano es considerado cosa de homosexuales.

Pero basta ya. Es hora de que los hombres «straight» (y las mujeres que se acuestan con ellos, por supuesto) defiendan su derecho a disfrutar del punto G masculino. Bob Marley diría: «Emancipate yourself from sexual slavery». Y Muñoz: «Dedos a la obra».

Celebro la publicación de esta notita que debe haber confundido a varios y varias esta mañana. Y ni hablar de las conversaciones que en torno al mismo se pudieron haber dado en las oficinas de médico, discusiones que no deben haber sido muy distintas a la que se dio hoy entre los lectores de endi.com.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Te diré que en la casa de post-producción donde me encuentro editando televisión pública, hubo una discusión muy animada en torno al Punto G masculino, todo suscitado por el artículo que citas. La gerente de producción del lugar, llamémosle Annette, no podía creer que a un hombre straight le resultara placentero q le metieran el dedo por el culo. Como yo dije que en ocasiones no estaba mal me jodí, porque permaneceré como un maricón closetero ante sus ojos por el resto de mis días. Debo aclarar que no me molestaría que pensara eso de mí, si de alguna manera abonara a que nos aventuráramos ella y yo a encontrar nuestros respectivos puntos G, pero en el caso de esta gerente de producción en particular, lo dudo.

3:15 p.m.  

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