ANITA EN EL VIEJO MUNDO 3
3ra entrega: Clara
Un baño era justo y necesario, era mi deber y salvación. Limpia y fresca cual anuncio de sabe usted qué, salí de la habitación. Así es el acomodo: una puerta abre a un pequeño pasillito con tres puertas. La del centro conduce al baño y las otras dos son dos habitaciones diferentes. Sospechaba que alguien dormía o habitaba tras la puerta de al lado pero la curiosidad no me alcanzó lo suficiente y salí sin tocar. Bajando la escalera del piso, oí una voz salir de la puerta del 19. Era Clara. Una muchacha delgada y alta. Tan blanca que su piel opaca el verde de sus ojos. Me saludó con un abrazo. Nos reconocimos y la marca era el cabello. Teníamos exactamente el mismo tipo de pelo, del mismo color y compartíamos la manía de secarnos la pollina con blower. Salí de todos modos. Tenía hambre. A mí regreso nos haríamos amigas.
Un baño era justo y necesario, era mi deber y salvación. Limpia y fresca cual anuncio de sabe usted qué, salí de la habitación. Así es el acomodo: una puerta abre a un pequeño pasillito con tres puertas. La del centro conduce al baño y las otras dos son dos habitaciones diferentes. Sospechaba que alguien dormía o habitaba tras la puerta de al lado pero la curiosidad no me alcanzó lo suficiente y salí sin tocar. Bajando la escalera del piso, oí una voz salir de la puerta del 19. Era Clara. Una muchacha delgada y alta. Tan blanca que su piel opaca el verde de sus ojos. Me saludó con un abrazo. Nos reconocimos y la marca era el cabello. Teníamos exactamente el mismo tipo de pelo, del mismo color y compartíamos la manía de secarnos la pollina con blower. Salí de todos modos. Tenía hambre. A mí regreso nos haríamos amigas.
1 Comentarios:
Me perdí... ¿cuántas puertas eran? Je, je, je... excelente. Breve, pero profundo. También es "justo y necesario".
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