martes, noviembre 08, 2005

HORA CERO PARA FERNANDO FERRER

Fernando Ferrer está jodío, bien jodío. Anoche vi en la tele un anuncio de Michael Bloomberg que más poderoso no podía ser. El anuncio no era más que una ristra de rostros expresando su apoyo al actual alcalde de Nueva York. Casi todos eran ciudádanos comunes y corrientes. Excepto tres. Entre las primeras caras, estaba Magic Jonhson, y, luego, hacia el final estaba Kathleen Turner diciendo que ella es demócrata, pero que va a votar por Bloomberg. Pero eso no es todo. El anuncio cierra con la imagen de Ed Koch, exalcalde demócrata de la ciudad, manifestando su respaldo a Bloomberg. Contra un anuncio así, Ferrer no tiene la más mínima esperanza, tal y como se refleja en las encuestas, que ponen a Ferrer bien, pero que bien atrás.

No he seguido la contienda electoral lo suficiente como para poder evaluar los méritos de cada uno de los candidatos. No sé qué propone Ferrer que se diferencie de lo que propone Bloomberg. Y no creo que sea el único. Tengo el presentimiento de que la gran mayoría de los niuyorquinos tampoco se ha enterado.

Uno podría asumir que la ventaja de Bloomberg en las encuestas se debe al simple hecho de que ha hecho un buen trabajo como alcalde, y que la gente lo reconoce. Pero Nueva York es una de las ciudades más demócratas de los EE.UU. Tampoco estamos ante uno de los mejores momentos del Partido Republicano. ¿Cómo entonces explicar lo desigual de la contienda?

La explicación es bastante sencilla: raza, etnicidad, como quiera llamarle. La última vez que Nueva York tuvo un alcalde de color fue el demócrata Dinkins, y los newyorkers no tienen un recuerdo muy grato de él. Fue durante su incumbencia que el crimen de Nueva York llegó a sus niveles más alto en toda la historia de la ciudad. Luego, vino Giuliani y salvó a la ciudad de los narcos.

La historia es mucha más compleja que esto. Hoy, por ejemplo, sabemos que Dinkins durante sus últimos años en la alcaldía tomó medidas que años más tarde, cuando él ya no estuviera, redundarían en una reducción de la actividad criminal. Pero así cómo la historia es más compleja de lo que parece, la percepción del público es más superficial de lo que uno se cree. En la mente de los ciudadanos, los demócratas siguen siendo manos blandas que no están preparadas para bregar con una ciudad tan salvaje como NYC. Para eso, hacen falta políticos mano dura, de talante frío y calculador, como Bloomberg, y Rudy antes que él.

Esto me lleva a pensar que el gran error de Pedro Rosselló fue haberse ido a Virginia en el 2001, cuando se fue corriendo de PR. Si en vez de Virginia, se hubiera ido a Nueva York, quién sabe lo que hubiera pasado. Con el apoyo de los Clinton, le hubiera ganado las primarias a Ferrer y le hubiera hecho mucho mejor competencia a Bloomberg. Hasta me imagino los anuncios de campaña: “Mr. Bloomberg, don’t push it.”

Pensaba que la razón por la que Freddie Ferrer nunca iba a ganar las elecciones es porque es puertorriqueño. Pero me acabo de contradecir al plantear que Pedro Rosselló, que también es puertorriqueño (a pesar de sí mismo), sí hubiera tenido un chance frente a Bloomberg.

¿Será entonces un problema de clase? ¿El criollo versus el patricio? ¿O sólo será que Freddie simplemente no tiene el carisma, o, mejor aún, el sex appeal, para ni siquiera convencer a los puertorriqueños de que voten por él? Diría que un poco de ambas que, después todo, son lo mismos, pero no es igual.

Pero insisto en que la raza y/o etnicidad son un issue. Y no sólo en la mente de anglos, sino en la mente de los latinos también. Póngase a pensar: ¿qué puertorriqueño que viva en NYC votaría por otro puertorriqueño para alcalde de NYC? Ahora pregúntese: ¿Qué latinoamericano votaría por un boricua? Y ni hablar de los negros, ésos todavía resienten que el culo de JLo sea más famoso que el de cualquier mujer afroamericana.

Pero nada más patético que la participación de políticos locales en la campaña de Freddie. A estas alturas del juego, ¿Aníbal le trae votos a alguien? ¡Por favor! Es como cada vez que veo a Papo Coss involucrado en una lucha de reinvindicación social. Él es el representante (y quién sabe si conciglieri) de Osvaldo Ríos. ¿No se dá cuenta de que su presencia le hace más daño que provecho a la lucha.

Sila Calderón está más clara, mucho más clara. Ha tenido la inteligencia de irse a la cama de Bloomberg, y la sabiduría de no hacer el más mínimo de campaña en su nombre. Así es cómo se llega al poder. Y en cuanto al issue de clase, sólo pido que consideren lo siguiente: ¿Sila se acostaría con Freddie Ferrer? Nada más con el testigo.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Creo que la ultima pregunta de tu post es genial. Debe servir como paradigma para establecer el who´s who en Puerto Rico y USA. Olvidados pues, los diplomas de Harvard o Yale.El caso hipotetico nos resuelve tener que indagar sobre el pasado academico y profesional.

12:30 p.m.  
Blogger PLOP dijo...

Hmm... interesante punto. Podríamos decir, entonces, que Sila Calderón es lo que Deleuze y Guatari llamaron un "máquina deseante". Me hace sentido: pal carajo los diplomas y dios bendiga el sex appeal.

8:04 p.m.  

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