HISTORIAS PAGANAS (INTRO)
Quizás es un buen momento para explicar mi relación “bastante regular” con la familia de mi madre. Lo primero que el lector tiene que entender de mi cuadro familiar, y aquí me refiero a toda mi familia, es que es sumamente bipolar. Es decir, cada lado de mi familia es casi el reverso del otro. Sobre mi familia por parte de padre, puedo decir que 1) son populares de clavo pasao, y 2) es la típica familia decente y sana en la que nadie fuma, bebe en exceso, es adicto a drogas o es abiertamente adúltero. La familia de mi madre es lo contrario. Sobre ella, puedo decir que 1) son penepés rabiosos (en la boda de un primo por parte de madre estuvo Yamil Kourí antes de que lo metieran preso), y 2) es la típica familia nouveau-rich a la que le gusta ostentar (yo digo que son mafiosos wannabís; en serio, si hay una razón por la que me gustan los Sopranos es porque me recuerdan a ese lado de la familia.) Puedo decir también que son burdamente clasistas, racistas, machistas, homofóbicos y adúlteros. Estos, mis amigos, son los Pagán. Permítanme hacer brevemente la historia de mi abuelo, el Dr. Pagán, que es el patriarca de esta familia, el Don Corleone. Mi abuelo nació en Barranquitas. Es uno de esos jíbaros altos, rubios y de ojos claros que todavía se ven en los pueblos de la isla. La historia de mi abuelo es la historia clásica del chamaco de pueblo, que estuvo en la II Guerra Mundial (estuvo en Okinawa, y hasta dónde yo sé no pisó el campo de batalla), y luego, gracias a G.I. Bill, se fue a estudiar, en su caso, medicina a Temple y el resto, como quien dice, es historia. Poco a poco, en virtud de su práctica médica y su tacañería se hizo de dinero y lo supo invertir en propiedades. Mi abuelo es muy conocido en el área de Caparra Heights y Las Lomas, donde tuvo su consultorio. Por muchos años, él y su familia vivieron en la urbanización San Francisco. La casa de la calle Violeta era un museo del mal gusto. Recuerdo que en las paredes había reproducciones de la Mona Lisa y de las Meninas de Velásquez, entre otras obras maestras. Las paredes también estaban decoradas con cuanta placa habida y por haber del Club de Leones, el Rotario y los Kiwanis (whatever they are); si hay algo que para mí representa a los nouveau-rich son esas placas. Bueno, y los carros. En casa de mi abuelo, siempre hubo carros tipo Ford Thunderbird y Lincoln. Me refiero a aquellos carros de los ochenta que eran ridículamente largos y que se parecía al batimóvil, pero aún más tacky. No debo dejar de mencionar que en casa de mi abuelo siempre hubo una empleada doméstica “de las islas”, que dormía en un cuarto del sótano de la casa. Recuerdo una que era de St. Kitts; no recuerdo su nombre, sólo recuerdo que fue ella quien me enseño dónde quedaba Puerto Rico en un globo terráqueo. La casa de mi abuelos tenía detrás lo que en el argot familiar siempre se llamó una “finca”, en la que mi abuelo sembraba todo tipo de fruto menor, demostrando que puedes sacar al chico de barranquitas, pero no a barranquitas del chico. Una cosa que debo decir es que cuando el hermano de mi madre se casó, en vez de irse a vivir a casa propia, por alguna razón decidió quedarse viviendo en casa de mis abuelos. Allí vivió, junto a su esposa y dos hijos, por más de veinte años. No fue sino hasta 1986, justo después de la muerte de mi abuela, que se mudaron finalmente a una casa propia. Ese hermano de mi madre, el único que tiene, es también mi padrino. Él es Tony Soprano. Y su esposa, mi madrina, una copia exacta de Carmela Soprano. Pero no se lo digan a él. Él jura y perjura que él es Michael Corleone. De hecho, se coge muy en serio su rol de “padrino”. Pero bueno, cuando decía anteriormente que los Pagán son ostentosos, estoy hablando de que mi padrino siempre ha tenido una Corveta en la marquesina y una lancha, primero en Dos Marinas y ahora en Puerto del Rey. Es abogado y durante los ochenta usó esa joya de la moda masculina que es la mariconera. Usaba botínes y por mucho tiempo llevó arma amarrada a la batata. Recuerdo que una vez un caco le robó la mariconera y él se le fue detrás con la pistola en mano. Además del hijo y la hija que tuvo con mi madrina, tuvo un tercer hijo con una corteja. Su familia lo sabe, pero hasta al día de hoy se lo resiente, al punto de que su relación con el pobre chamaco, que ahora tiene veintitantos, se da a escondidas de su familia legítima. Aún así, decidió ponerle el mismo nombre que a su otro hijo, que dicho sea de paso es el mismo nombre de él y de mi abuelo. Hace poco llamó a mi padre para que por favor moviera una pala y lo metiera en la misma escuela graduada a la que fue su primer hijo (el chamaco fue aceptado instantáneamente). Una cosa que me da gracia es que este hijo le salió roquero malo, pero más que nada independentista (no como el otro que se casó con la hija de un penepé corrupto). A cada rato me lo encuentro en San Juan. Siempre tiene alguna camisa de Albizu o el Ché Guevara. Todo esto a manera de introducción a mis Historias Paganas. No me despido sin antes dejarles saber que ha sido de la vida de mi abuelo. El Dr. Pagán tiene ahora 83 años. Enviudó hace casi 20 años, y desde entonces ha tenido varias jevas que ha conocido en el casino del Hotel Marriott al son de algún big-band venido a menos (el singles-scene de la tercera edad). Hace unos cuantos años, empezó a sufrir unos desmayos que casi siempre le daban mientras guiaba. En una de esas cogió un jamaqueón que ahora lo tiene relativamente fuera de circulación. Vive ahora en un estudio en el sótano de la casa de mi tío, con una enfermera around-the-clock. Sigue yendo al Marriott los domingos.
7 Comentarios:
El tio salio listo se quedo con la casa!!! ji, ji, ji. A real OG
pero... y la casa no era de él?
No aparentemente el bribon se la ha quedado no viste que ya tiene al abuelo en el cuarto de la pobre antillana.
Mi tío y su familia se mudaron de la casa de San Francisco poco después de la muerte de mi abuela en 1986. Mi abuelo la siguió viviendo solo hasta hace par de años cuando, ante su dependencia física, no le quedó otra que mudarse a un cuarto/apartamento en el sótano de la casa de mi tío.
Quiero que tu abuelo me acompañe al casino a jugar. A lo mejor me da suerte, oye a propósito... que de una fumorámica por los alrededores de casa del granpa?
Si vamos a buscarlo un dia y vamos pal casino, todavia tiene el Thunderbird?
Hace par de meses, mi familia le celebró el cumpleaños a mi abuelo en el Marriott. Pude conocer de primera mano el jangueo de mi abuelo. Es un scene bieeeeen interesante. Es como la película Cocoon con la única diferencia que los marcianos han sido subtituidos por Viagra. El Thunderbird pasó a mejor vida hace mucho tiempo.
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