HIGH ART
Cuando estaba más o menos en mi tercer y cuarto año de la IUPI, me dio por janguear con un grupito de Bellas Artes. Félix y Manolito constituían su núcleo. Era lo más cercano que había a un movimiento avant-garde en el Humanidades de principios de los noventa. Félix, por ejemplo, practicaba el arte conceptual y sus piezas no fallaban en crear polémicas bobas como las que se dan entre estudiantes de arte. Hay que decir que el tipo sabía de lo que hablaba. Había estado de intercambio en California y allá había entrado en contacto con todas esas cosas. Yo, que era un posmoderno precoz, me sentí atraído a la pose vanguardista. “Epater les bourgeois”, decía yo, blanquito renegado al fin. El tiempo se nos iba esbozando performances que tenían como meta poner en evidencia la futilidad del mundo artístico. Recuerdo que la noche de un 30 de noviembre salimos a la calle a hacer arte político. Con pintura verde, "intervendríamos" (forma bonita de decir vandalizar) los rótulos de SALIDA del Expreso Las Américas. La idea era pintarle por encima a las letras AL de SALIDA, de manera que leyera S__IDA. Esta iba a ser nuestra acción de arte para el día internacional del Sida. Quizás suene patético ahora, pero para nosotros en aquel momento era tan genial como tomar por asalto las torres del Cerro Maravilla. Sí, así de “genial”. En otro momento, la emprendimos contra el Departamento de Actividades Culturales de la UPR. Algo mal habían hecho para un SJ Cinemafest, cuando todavía era en los cines viejos de Plaza, que nosotros decidimos hacer unos flyers que leían “Somos mediocres y qué” con la firma apócrifa de Actividades Culturales. Eso se llama rebeldía mal canalizada. Ahora que recuerdo todas estas “aventuras”, me doy cuenta de lo aburrido que éramos. Lejos, por ejemplo, de la narco-decadencia que caracterizó la IUPI de mi amigo el desentramado. Lo más cercano que yo llegué a eso fueron unas fiestas de Halloween en casa de una amiga a las que iba Morgan antes de que lo metieran preso por secuestrar a alguien. Lo más edgy del grupito con el que yo jangueaba era lo sexualmente ambiguo que era. Félix, por ejemplo, era el típico gay que no se atreve a asumirse como tal y que por lo tanto opta por la asexualidad. Manolito, por su parte, era el típico bellacón que se hace pasar por gay para acostarse con la mayor cantidad de mujeres posibles. Nunca he visto un tipo tan indiscriminado con las mujeres como él. Ese hombre se lo metía literalmente a cualquier cosa que tuviera vagina. Pero todo el mundo juraba que era gay. Andy Warhol foverer!
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